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domingo, 17 de diciembre de 2023

Somos lo que comemos


 Somos lo que comemos



    En 1850 el filósofo  y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach dijo "Somos lo que comemos" y en eso tenía mucha razón, pero lo que antes podía ser un remedio a la vez que un alimento, en la actualidad puede llegar a ser un ataque al medio teniendo en cuenta como es o se ha estructurado hoy día la sociedad.

    Si bien es cierto que tenemos que alimentarnos con orden y armonía y así mantener el cuerpo sano y en equilibrio para no enfermar, hay que buscar también el equilibrio con el medio para usar sus variados recursos con mesura y que no se convierta en una desforestación tanto en la tierra, como en el mar, el agua o el aire, ya que de ellos nos proveemos para nuestra subsistencia y bienestar.

  La relación con el medio ha existido desde los antiguos, nos hemos alimentado y curado gracias a abastecernos de lo que nos rodeaba, pero con el paso del tiempo esto ha ido cambiando a nivel general y los únicos que han sabido mantenerse en la tradición con más arraigo han sido los orientales, especídicamente la medicina tradicional china, que ha utilizado la alimentación como medicina conservando esta tradición hasta nuestros días. Con ello han sabido restituir el vigor en los diferentes órganos del cuerpo recurriendo a la flora y fauna disponibles.
Siglos de prácticas y teorías, con multitud de fórmulas para cualquier malestar y muchas de ellas con miles de años de antiguedad. Comer, procesar los alimentos y comprarlos o adquirirlos también tiene un sentido y una tradición que ha de estar a corde al medio ambiente y a las circunstancias, al igual que de las personas tanto físicas como anímicas, todo respetando y según sus tradición o esos conocimientos ancestrales

A la vez que no podemos olvidar que también nos influye y nos afecta, en mayor o menor medida, todo lo que nos rodea y sus circunstancias incidiendo en nuestros genes pudiendo llegar a alterar su estructura y expresión, pero también debemos tener en cuenta que la selección Darwiniana escoje aquellos que mejor nos sirven para adaptarnos a él. 

Por todo esto es bueno

Dormir según los horarios de la naturaleza, dando la vienbenida al sol y cenar cuando se va con luces que dejen despertar a las hormonas de la serotonina y dejar que se vayan apaciguando las del cortisol para al cabo de un rato poder ir a dormir y no volver loco a lo que es nuestra vigilia/sueño

Respetar los horarios de las comidas y descansos

Comer lo que es de temporada, porque la luz y temperatura que reciben del sol o de la estación son las energías que necesitamos nosotros en ese momento en concreto. Es decir, la calabaza la tomaremos en otoño, como la sandía en verano cuando necesitamos alimentos con más agua y más frescos

Hacer deporte a diario durante un mínimo de 15 minutos o cuanto menos caminar todos los días durante media hora o tres cuartos de hora porque el movimiento es vida y el sedentarismo estancamientos

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