A nuestro alrededor va habiendo cambios importantes y si nos adaptamos a ellos va a ser más fácil afrontar el invierno.
Es hora de reforzar nuestro organismo y prepararlo para estos cambios.
En la medicina oriental, el otoño, está asociado al Reino Mutante del metal que corresponde al pulmón/intestino grueso. Cuando el pulmón está equilibrado hay una correcta eliminación y evacuación de residuos corporales y un fortalecimiento del sistema inmunológico. De su bienestar y de su funcionamiento dependerá la el wei qi o energía defensiva. Si por el contrario la energía del pulmón está débil nos podemos estancar en su sentimiento asociado: "la melancolía", por eso muchas personas se quedan estancadas en recuerdos, nostalgias, ánimo bajo, ansiedad, falta de concentración, insomnio.., Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que busca siempre el equilibrio, pero necesita cuidados específicos para adaptarlo a las nuevas condiciones y que no nos pille desprevenidos
Entramos en una época de transición donde nuestro yin crece y nuestro yang decrece llevándonos a una retracción y al recogimiento, a la calma. Si estamos bien caminaremos hacia nuestro interior, pero sino es así nos resfriaremos con mayor facilidad, podemos tener tos, obstrucciones nasales, sudoración, desequilibrios en la piel.. Por falta de capacidad de reaccionar y defendernos de las agresiones externas y nos sentiremos más vulnerables, sensibles y melancólicos
Nos sentamos o en una silla o en el suelo, la espalda recta y despegada de respaldos o paredes, hombros relajados y manos apoyadas en el regazo y cerramos los ojos.Al principio nos costará no pensar en nada o que los pensamientos que aparecen fluyan como si de un fotomatón se tratara. Intentemos concentrarnos. En eso consiste el entrenamiento de la respiración, al principio nos costará, pero no hay que dejarlo, hay que conseguirlo. Seguro que con la práctica irás consiguiendo no pensar en nada y alargar los tiempos. Esto hará que tu ritmo de vida se calme y que veas las cosas de otra forma.
- El sabor picante, que podemos encontrar en algunas raíces como los rábanos, en verduras como cebollas, cebolletas, puerros y en condimentos como el jengibre o la mostaza o la pimienta, tonifican estos órganos, ayudando a fluidificar y expulsar las mucosidades que a veces se acumulan en ellos.
- Vegetales, sobre todo los de color blanco: coliflor, cebolla, ajo, puerro, patatas, acelgas, nabos, calabaza... También las setas, las reinas del otoño, que estimulan la función del sistema inmunitario y van bien para evitar los resfriados en invierno.
- Semillas oleaginosas: sésamo, lino, pipas de girasol, pipas de calabaza.
- Los cereales como granos completos como el arroz integral, la cebada y la avena.
- Las legumbres como las lentejas, los garbanzos y la soja.
- Pescado blanco y azul.
- Huevos, a ser posible biológicos.
- Carnes magras con moderación: pollo, pavo, ternera.
- Alimentos fermentados como chucrut, miso, kombucha, o kefir. Apoyan su función inmunológica y probiótica.
- Frutas de otoño, como uva, granada, mandarina, manzana, .
- Plantas aromáticas como orégano, perejil, tomillo, romero, salvia.
- Como la sequedad es el factor climático relacionado con el otoño y los pulmones también será muy importante tomar té o agua a temperatura ambiente.
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