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martes, 18 de enero de 2022

La comida es nuestra medicina Ep.1: Conservas caseras

 Comencemos por recordar que lo primero que debemos respetar en nuestra vida son los horarios para que nuestro reloj biológico funcione bien, es decir; la vigilia y el sueño y los periodos de descanso a media mañana, y después de comer. 

Una vez recordado esto, comencemos a ver la alimentación saludable como una buena manera de estar fuertes.

Tenemos varias formas de alimentarnos:

  • El aire que respiramos
  • El ambiente en el que nos movemos (estrés, miedo, alegría sosiego...) alimentará nuestro alma
  • Por la piel (aguas de baños, jabones, cremas, pomadas, linimentos)
  • Y  la comida, lo que ingerimos, ya sea líquido o sólido

Hoy vamos a hablar de lo que comemos y lo dañino que pueden ser los conservante y los preservantes que están en los alimentos de hoy en día y como acompañantes muchos aditivos. 




Los alimentos envasados, empaquetados, embotellados, enlatados, salsas... 

Los conservantes se vuelven obstáculos para que nuestro cuerpo libere toxinas y mi sistema se "inflame" ante la agresión que esto supone y no repare lo que hay que reparar alterando el funcionamiento/ritmo de nuestras hormonas (Dr. J. Moreno)

Se dice inflamación aguda de nuestro cuerpo, no a que se hinche, que a veces (como una contusión, abertura de la piel... las defensas llegan al lugar, hacen su trabajo y una vez solucionado o reparado se van y la inflamación desaparece) puede ser y hacerse visible, sino a que las defensas de nuestro cuerpo se defiendan a lo que ellas consideran una agresión, como pueden ser el exceso de alimentos acidificantes (carbohidratos, azúcares, conservantes...) la mala alimentación.

Cuando esa inflamación persiste y está en todo el cuerpo sin que haya forma de reparar porque seguimos recibiendo los mismos agentes agresivos una y otra vez, nuestras defensas no saben por dónde empezar, se colapsan y se bloquean quedándose en ese estado, eso es lo que llamamos inflamación crónica. Las causas pueden ser; una mala homeostasis (nuestro cuerpo interior no está en armonía con el exterior), falta de energía, agotamiento, debilidad, facilidad para las infecciones, ... por ende podemos terminar enfermandonos o tener más facilidad para ello

Por eso hoy vamos a aprender a hacer nuestras propias conservas en casa y siguientes capítulos iremos dando pasos para tener una alimentación sana:

Conservas hechas por nosotros mismos carentes de conservantes y saborizantes químicos. Estos son unos ejemplos:


Coliflor encurtida o en vinagre


Los ramilletes de una coliflor cruda y limpia


Sal (15-20 gr. sal)

Vinagre de vino blanco (capacidad del frasco)

Tarro de cristal hermético previamente lavado y hervido (esterilizado)

Elaboración
  • Contamos con haber sacado de la coliflor todos los ramilletes, los lavamos bien, los escurrimos y dejamos que se sequen.
  • Una vez estén secos los ramilletes los metemos en el tarro de cristal esterilizado y seco también, presionando un poco para que no quede espacio entre uno y otro.
  • Ponemos la sal y llenamos con el vinagre hasta que quede todo cubierto
  • Cerramos bien el tarro, balanceamos para que se mezcle bien la sal y ponemos boca abajo unas horitas

Concentrado de caldo casero

  • Caldo de pollo
  • Ingredientes

  • 300 g de contramuslos de pollo sin piel ni hueso (aprox. 500 g con hueso) cortados en trozos
  • 200 g de verduras variadas (por ej. apio nabo, cebolla, ajo, puerro) cortadas en trozos si fuera necesario
  • 4 ramitas de hierbas frescas variadas (por ej. romero, tomillo, perejil, solo las hojas)
  • 150 g de sal gorda
  • 100 g de vino blanco
  • 1 hoja de laurel seca
  • 1 clavo
  • 5 semillas de cilantro
  • Preparación

    • Pique el pollo póngalo en un bol y reserve.
    • Triture o pique las verduras y las hierbas y póngalas en un cazo u olla
    • Añada la sal, el vino blanco, la hoja de laurel, el clavo, las semillas de cilantro y el pollo picado reservado y déjelo a fuego medio, removiendo de vez en cuando, vigilando que no se pegue y que vaya espesando.
    • Una vez veamos que esté tierno, entre 15-20 minutos lo trituramos bien y lo pasamos a un frasco de cristal limpio y seco, cerramos, dejamos una hora boca abajo. dejamos enfriar y lo guardamos en el frigorífico estando listo para su uso.

    1. Para preparar un caldo de pollo, use 1 cucharadita colmada por cada 500 g de agua.
    2. El concentrado de caldo se conserva hasta 1 mes en el frigorífico o hasta 3 meses congelado en cubitos.
    3. La sal es el agente conservante de esta receta. Al mezclar el concentrado con agua como se indica arriba, el caldo no sabe salado
    4. Caldo de verduras
    5. Ingredientes
      • 200 g de apio cortado en trozos
      • 250 g de zanahoria cortada en trozos
      • 100 g de cebolla cortada en dos
      • 100 g de tomate cortado en trozos
      • 150 g de calabacín cortado en trozos
      • 1 diente de ajo
      • 50 g de setas frescas
      • 1 hoja de laurel seca (opcional)
      • 6 ramitas de hierbas frescas variadas (por ej. albahaca, salvia, romero) solo las hojas
      • 4 ramitas de perejil fresco
      • 120 g de sal gorda
      • 30 g de vino blanco seco
        o bien 30 g de agua
      • 1 cucharada de aceite de oliva
    6. Preparación
      • Triture o pique el apio, la zanahoria, la cebolla, el tomate, el calabacín, el diente de ajo, las setas, la hoja de laurel, las hierbas frescas y el perejil y, póngalo en una cazuela/olla
      • Añada la sal gorda, el vino blanco y el aceite de oliva. Póngalo  a fuego medio mezcle de vez en cuando para que no se pegue en el fondo y se vayan fusionando los sabores, al cabo de 15-20 minutos la mezcla espesará. Si las verduras son muy frescas alargaremos el tiempo de cocción disminuyendo o adaptando el fuego (suave) al ritmo necesario para que no se pegue
      • Entonces páselo por la batidora o tritúrelo bien, y lo pasamos a un frasco de cristal limpio y seco, dejamos una hora boca abajo y dejamos enfriar. Lo guardamos en el frigorífico estando listo para su uso.
      1. 1 cucharadita colmada de concentrado es el equivalente aproximado a una pastilla de caldo para 0,5 l.
      2. Para preparar un caldo de verduras, use 1 cucharadita colmada por cada 500 g de agua.
      3. El concentrado de caldo se conserva hasta 1 mes en el frigorífico o hasta 3 meses congelado en cubitos.
      4. La sal es el agente conservante de esta receta. Al mezclar el concentrado con agua como se indica arriba, el caldo no sabe salado.
      5. Si desea reducir la cantidad de sal de la receta, deberá conservar el concentrado de caldo obtenido en el congelador.
      6. Adapte la receta utilizando los ingredientes frescos que prefiera.
      7. Añada más setas para obtener un caldo con sabor más pronunciado

Fruta deshidratada, para tomar entre comidas

Una cantidad idónea de fruta deshidratada por día es la que cabe en la palma de una mano

Beneficios

Extraer el agua de la fruta sirve para conservarla y reducir su volumen y peso. Aunque pierde agua, la fruta deshidratada retiene sus

nutrientes. Esto la convierte en un aperitivo ideal, cómodo y liviano que puede ser transportado y consumido de forma fácil en cualquier lugar. Suelen deshidratarse higos, melocotones, uvas, ciruelas, bananas, manzanas y también vegetales como tomates y berenjenas

Utilizando el horno

El horno es un medio ideal para deshidratar fruta ya que la seca a una temperatura constante de manera uniforme. Si el horno admite temperaturas alrededor de los 55 grados, se puede elevar a 65-70 grados dependiendo de la fruta que vayamos a secar. La mayoría de las frutas habrán perdido el agua en un tiempo que va de 2, 4 o hasta 10 horas. Es importante darle la vuelta a la fruta cada 30 minutos de forma que ambas caras se sequen por igual y pueda revisarse cómo va el proceso. Si el horno tiene ventilador, actívalo.

Empleando un deshidratador

Si dispones de este equipo es porque la fruta deshidratada es realmente parte de tu vida. El deshidratador es un aparato eléctrico en el que la fruta se somete a calor y ventilación constante. De esta forma, el agua se extrae de la fruta o vegetal de manera rápida y segura. Otra ventaja del deshidratador es que permite ajustar con precisión la temperatura, adaptándola a las condiciones ideales de la fruta o vegetal que será deshidratado.

HIGOS DESHIDRATADOS

Deshidratados al sol o en el horno de casa 

En el horno es el mismo que hemos usado para la fruta

Al sol tendremos que coger una tela de algodón para que los higos no sean picoteados por insectos y unas pinzas para cerrar esa tela y una bandeja de parilla o frigorífico donde colocarlos y estén aireados. Una superficie limpia, ventilada y expuesta al sol la mayor cantidad de horas posibles

Chafamos los hijos para que se abran y queden planos, los colocamos sobre la bandeja con el espacio suficiente para que respiren y tapamos con la tela

Tienen que secarse bien porque si hay humedad podrán estropearse y los perderemos. El proceso puede durar entre 5-7 días o incluso más dependiendo del lugar geográfico donde lo hagas, la época del año (mejor verano) y las condiciones meteorológicas del lugar (humedad y el norte, mejor usa un horno)

Una vez que ha pasado el tiempo necesario para el secado tenemos dos opciones:

1ra opción.- Preparar un almíbar: 1/2 litro de agua, 100 gr de azúcar, anís estrellado o en bola e hinojo.

Cuando empiece a hervir lo apagamos y lo dejamos en reposo entre 1 y media y dos horas, lo colamos y una vez limpio el almíbar lo volvemos a llevar a ebullición por segunda vez  y metemos los higos dentro unos 10-20 segundos. Los sacamos y los dejamos secar de nuevo al sol o lo que sería mejor, esta vez en el horno hasta que esten bien secos.

Después los pasamos por harina para protegerlos y les quitamos el exceso que puedan tener de harina para guardarlos

Los guardaremos en: una caja de cartón y días después los pasaremos a un frasco de cristal limpio.

2da opción.- Meterlos en aguardiente o un orujo que los cubra bien 


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